POR LA LUZ
“Mal de cordero, aquello que pisó la tierra no se siente en la espalda, como juglares cantamos el himno a las madres antes de que nuestros pies no se sientan, ya que de ser serpientes moriríamos asfixiados de poesías secas y de poca acentuación, porque nuestros cuerpos enredados tardarían siglos en volver a ser iguales que ayer”.