LA MUERTE DEL GRAN SOBERANO
Despierta la brisa seca, el aliento no puede cremar su raíz en soledad, ya no cantan las golondrinas su himno amargo y desdichado. El calor arropa todo espacio de tiempo, las paredes sudan su color y atrapan todo cuerpo que se sostenga en su tiempo. No hay un proceso calmado para el cambio de la luz, ya no hay nadie que permita menguar las ideas en un caparazón de pétalos, ya no hay nadie que recuerde las palabras de un poeta tuerto, que firmó su epitafio con crayolas de tonos grises, suprimiendo la parte que habla sobre quien descansa en ese pedazo de tierra, por una más esperanzadora... "Aquí sigue viviendo un alma llena de miedo, que mostró su cara al mar y por casualidad se ahogó en su furia, sólo por ser amante de la soledad"...
2 comments:
Fallarle a la luna fue mi gran error. Con voz de ángel me pidió a gritos que sea el compañero de sus viajes, de sus historias y como amante de la luz, sin pensarlo, creí su palabras embriagadas de mentiras.
La tomé de mis manos y le enseñé a navegar las estrellas, los cielos y los asteroides, porque me sentía que podía caminar entre la noche sin tener los ojos abiertos, hasta que un día gris, sentí una fina daga que tocaba mis costillas, fue entrando en mis entrañas, fue matando mi amor por la libertad. Mientras se cerraban mis ojos, vi la luna caer en un trance, cambió su color y siguió su camino por el universo.
Hola, gracias por las visitas y los comentarios!
Lindo blog.
Saludos
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