2 AÑOS, 7 MESES Y UN ULTIMO ADIOS

Una vez caminé por la nubes, subía sin miedo a la segunda parte de la vida, allí donde el sol no sede ante los pensamientos incultos de la Dolce Vita. Estancado, quedé ese día, donde la más franca de las noches se pudo sin miedo moldear a imagen y semejanza de los ojos verdes que sostienen mi cara. Perdido, así me compraron sin medir mis pensamientos, como cerdo caí en su trampa y me convertí en miembro de su secta sacra, sin salida, sin recuerdos. Adiós, me dijiste un día lluvioso, me hablaste de las caricias prohibidas y de los males comunes, porque al pasar de los años, trataste de enseñarme como se cruza la noche con los sueños, aunque de ese adiós entedí de los cambios así como gira la raíz del árbol hacia el lado oscuro de la tierra, aprendí de las hsitorias sobre la Madre Tierra, su cansada forma de caminar hacia el horizonte. Un adiós, es lo que separa el pasado del presente, proque vivir atado a este lado izquierdo de la columna gris, sólo me deja pensar que valen más los recuerdos que la misma realidad donde descansan mis huellas.