UN LLANTO EN CADENAS
Cuando las campanas comenzaron a sonar, perdidos estabamos en aquella selva de cemento, nuestros cuerpos atados con cadenas, permitieron a la noche maltratar nuestros oídos, porque ya sin sueños en la almohada, quedamos trancados en el ático mis cinco sentidos más uno que no llevo conmigo pero que me ayuda a sobrevivir a la penuria de vivir en la Tierra, uniendo pedazo a pedazo las hsitorias que me vieron crecer entre la niebla, conjugando cada verso ambiguo que levantó mi frente y luego la dejó caer al mar. Cuando las campanas terminaron de sonar, el viento acompaño mis ojos por la oscuridad del pasillo, asustado por verte de frente y no poder enterder cuales eran mis virtudes, porque de hijo balndo me acusaron, ya que del odio se muy poco y mis historias sólo saben llorarle a la luz brillante que rodea mi cama.